Grandes expectativas: el progreso deseado con el implante coclear
Elizabeth Rosenzweig MS CCC-SLP LSLS Cert. AVT
Adaptado por Mariana Helbig MA CED LSLS Cert. AVEd.
Ver artículo original: https://auditoryverbaltherapy.net/2013/11/08/great-expectations-progress-with-a-cochlear-implant/
Como al tomar cualquier decisión importante, recibir un implante coclear requiere tener un poco de fe. No importa cuanto investigue uno, no hay manera de estar 100% seguros de lo que va a suceder con la cirugía, activación o rehabilitación. A groso modo, los resultados son fantásticos, pero ¿cómo podemos saber qué esperar acerca del desarrollo del habla, lenguaje, y audición de su hijo en particular? Independientemente de las circunstancias individuales de cada candidato, algunas reglas se aplican a todas las circunstancias: Todo tiene que ver con el Cerebro, Todo tiene que ver con el Tiempo, y Todo tiene que ver con la Terapia.
Todo tiene que ver con el Cerebro: Un implante coclear es simplemente una herramienta para hacer llegar sonido al cerebro, remplazando el sistema auditivo dañado. Sin importar cuan bien esté funcionando el implante coclear, si está llevando sonido a un cerebro que no ha tenido el beneficio de desarrollar audición con anterioridad, los resultados serán limitados. Es por esto que candidatos adultos que han crecido con audición normal, o han sido buenos usuarios de sus audífonos (manteniendo el cerebro estimulado auditivamente), tienden a tener mejores resultados. Sus cerebros ya están acostumbrados a escuchar, el implante sólo les proporciona sonido mejor y más claro con el que trabajar. Otra pregunta que podemos hacernos es, ¿Con qué tipo de cerebro estamos trabajando? Es decir, en lugar de basarnos en las experiencias auditivas del candidato, entender sus fortalezas y limitaciones. ¿Hay algún desafío cognitivo o discapacidad que pueda afectar su habilidad de aprender a escuchar y a hablar?
Todo tiene que ver con el Tiempo. El momento adecuado lo es todo. Para los adultos, importa cuánto hace que la persona presenta una pérdida auditiva, y cuánto ha estado el cerebro sin recibir sonido. Para los niños, el tiempo es esencial para el desarrollo de la audición, del lenguaje y del aprendizaje. El tiempo que los niños no tengan BUEN acceso al sonido (aquellos niños que no se están beneficiando del resultado de los audífonos), es TIEMPO que se pierden. El progreso también puede medirse por tiempo. Por un lado, debemos considerar la edad auditiva al considerar cómo está respondiendo un usuario de IC. El cerebro necesita tiempo para escuchar antes que podamos esperar respuestas auditivas. Sólo porque el niño tenga 5 años de edad cronológica, no significa que esperamos que su desempeño se equipare con el de un niño de cinco años, si sus oídos sólo tienen “un año”. Así como los recién nacidos agentes escuchan durante un año antes de comenzar a decir sus primeras palabras, los niños que reciben IC también necesitan “un año” de acceso al sonido para construir las bases del habla y del lenguaje. Del mismo modo, los usuarios adultos también requieren de un período de práctica para adaptarse a este nuevo estímulo que el cerebro está recibiendo, incluso si han tenido experiencia previa con el sonido. Al mismo tiempo, debemos esperar un rango de progreso que sea más de un mes de progreso por mes real de tiempo. Es decir, si un niño recibe un implante coclear a los X meses de vida, y sólo alcanza un mes de progreso en un mes en tiempo real, siempre estará eso X meses por detrás de los niños cronológicamente iguales en edad, porque es el tiempo que no ha tenido acceso al sonido. Necesitamos que el progreso sea más rápido para cerrar la brecha. El tiempo de uso también es importante. Si el usuario de implante coclear sólo lo usa unas pocas horas al día, no estaría cerca de usarlo “todas las horas que esté despierto”, tiempo necesario para tener la práctica auditiva necesaria para progresar.
Todo tiene que ver con la Terapia. La terapia basada en la práctica auditivo verbal es clave para obtener el mayor beneficio del implante coclear, tanto en aquellos receptores pediátricos como adultos. Para un niño, la terapia debe comenzar al momento de la identificación de la pérdida auditiva, incluso cuando los audífonos no están proporcionando suficiente beneficio y los implantes cocleares son inevitables. ¿Por qué? Varias razones. Primero, incluso si el niño obtiene el más mínimo beneficio de los audífonos, todavía están estimulando esa audición residual que hace crecer el cerebro auditivo. La práctica auditivo verbal capitaliza la audición, y ayuda a que la familia pueda ayudar a que su bebé utilize hasta la última gota de beneficio que otorgan esos audífonos, antes de la cirugía del implante coclear. Segundo, la terapia antes del implante coclear ayuda a que el niño incorpore la rutina de las sesiones y que los padres se sientan cómodos con la técnicas y organización de las sesiones, y de este modo pueden estar preparados desde el momento de la activación; en lugar de comenzar de cero al activarse el implante y perder tiempo preciado de escucha. Para los adultos que reciben implantes cocleares, la rehabilitación auditiva es esencial para re-entrenar al cerebro, que está acostumbrado a recibir un estímulo auditivo diferente. En ambos casos, no sólo importa la terapia, sino también el tipo de abordaje. La práctica auditivo verbal proporcionada por un profesional especializado en audición y lenguaje hablado, se enfoca en construir habilidades a partir de desarrollar la audición y asemeja la manera en que las personas con audición normal adquieren habilidades de habla y lenguaje. La terapia que se enfoca en comunicación manual o aprendizaje a través de claves visuales sería como ir al fisioterapeuta para que trabaje tus piernas, cuando tienes roto el brazo, no tiene como objetivo las áreas auditivas del cerebro.
A continuación se describen posibles escenarios a considerar, recordando que debido a los factores descriptos anteriormente, la experiencia de cada individuo varía:
Adulto post-lingual sordo que recibe un implante coclear luego de haber usado audífonos de adulto: Un candidato a IC que creció y aprendió a escuchar y hablar sin pérdida auditiva, pierde la audición de adulto, y mantuvo su cerebro auditivo activo usando audífonos para estimular su audición residual hasta recibir el implante, generalmente obtiene buenos resultados, rápidamente después de la activación del IC.
Adulto pre-lingual sordo que ha utilizado audífonos toda su vida, y se comunica con lenguaje hablado: Este tipo de candidato también tiene resultados exitosos. Recibir un IC permite a esta persona acceder a más sonidos de los ha recibido en su vida, y con práctica, los ayuda a no depender más de la lectura labial y a poder comprender lenguaje hablado sin ayuda visual.
Adulto pre-lingual sordo que no ha usado audífonos Y/O se comunica manualmente: El cerebro de este individuo no está acostumbrado a procesar estímulos auditivos para la comunicación. Si bien un IC le proporcionaría menos calidad de vida y seguridad, ya que le permitirá acceder a sonidos ambientales, y quizás algún sonido del habla familiar; una vida sin estimulación auditiva conlleva a un cerebro que no podrá ser un escucha y comunicador del lenguaje hablado. Esto no quiere decir que estos individuos no se benefician de un IC— ¡Lo hacen! — pero esperar que el IC convierta a este individuo en “escucha” de un día para otro no es realista debido a su falta de experiencia auditiva previa.
Un niño o adulto con pérdida auditiva progresiva, que se comunican con lenguaje hablado: Cuando llega el momento que este candidato reciba un implante coclear, es parte de la progresión normal ya que los audífonos ya no ofrecen beneficio auditivo suficientes. Si bien se cambia de estímulo acústico (audífonos) a eléctricos (implante coclear), y el sonido puede llegar a ser desafío inicialmente, el IC se convierte en una nueva herramienta para continuar progresando en el desarrollo de la audición y del lenguaje hablado.
Un recién nacido sordo: Recibir un implante coclear y práctica auditivo verbal temprana, abrirá el mundo para este niño. La combinación de intervención temprana con input auditivo temprano significa que este niño tiene la oportunidad de desarrollar audición, habla y lenguaje hablado madurativamente, y no de modo remedial; y rápidamente se emparejará a sus pares oyentes.
Un niño pequeño sordo (2-4 año): Este niño está recibiendo el implante coclear un poco más tarde que el “lo más tempranamente posible” (12 meses ó antes) que nos gusta ver, pero con un abordaje apropiado auditivo y lingüístico, progresando más que un mes en un mes, podemos esperar que se equipare luego de un tiempo, siempre que todos los factores mencionados se cumplan.
Un niño más grande, que se comunica manualmente, que casi no usa audífonos: Lo más probable es que este niño acceda a los sonidos ambientales con un implante coclear, y que lo use para ayudar a su comprensión del habla, pero, dependiendo de la edad del niño y la duración de su pérdida auditiva, un IC tarde en la niñez para un niño que no es comunicador oral, raramente sea suficiente para cambiar su modo preferido de comunicación.
Un niño más grande que se comunica oralmente y es buen usuario de sus audífonos: Luego de un período de acostumbramiento inicial, una vez que el niño se acostumbra al muevo sonido que recibe a través del implante coclear, estos individuos obtienen buenos resultados, ya que sus cerebros se desarrollaron en un ambiente auditivo y de lenguaje hablado; y la audición que tenían ha estimulado su cerebro auditivo con los audífonos. Incluso estos niños se han graduado de práctica auditivo verbal, y pueden beneficiarse de reiniciar terapia si necesitan enfocarse en práctica auditiva.
Estos escenarios no son exhaustivos, y sólo cubren un pequeño grupo de personas que podrían recibir implantes cocleares. El caso de cada individuo en particular puede variar y hay muchos factores (discutidos anteriormente) que pueden influenciar los resultados finales.